jueves, 10 de junio de 2010

Hoy también es domingo

Hijo, ¿para qué quieres ser cura?- Preguntó el Sr. Alonso
Porque yo quiero vivir en la Iglesia -respondío Rubén
Rubén tachaba cada día de la semana en el candelario de la cocina -uno por uno- hasta que por fin llegara su día más esperado “el domingo”. Le era imposible ocultar la alegría de ir a esa iglesia en ruinas, dar la palmadita de la paz a todos los prójimos (incluyendo a la cascarrabias abuelita María) y, además, repetir una y otra vez: “Señor, no soy digno de que entres a mi casa pero una palabra tuya bastará para sanarme”






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